
Ya os he hablado de Ella, he dicho Reina, Mamma, he dicho abuela…
Hoy sábado 6 de febrero de 2010, hace nueve años, doña Reina Dominga, a quien le llamábamos “la Mamma” –incluso todos los niños del barrio- partió con los ojos cerrados, desconociéndonos, a ocupar una plaza vacante, de ángeles guardianes. Hoy creo que no nos desconocía, sino que ya estaba en otra dimensión, solo que su corazón de roble la mantenía con vida pues sus ojos luminosos -a pesar del deterioro- se detenían asombrados observando “la nada” y con su voz inconfundible de castañuela –aunque más aniñada- hablaba con don Ebelio y doña Hipólita, con la frescura de años, que los sueños atrapan. Ellos fueron -en vida- su esposo y su madre respectivamente… ¿Cabe alguna duda que estaban allí, tendiéndole la mano para acompañarla en el trayecto?
Como recordaréis, os he contado que “hablo” con ella, creo que de algún modo, todos lo hacemos con nuestros seres queridos, pero la mayoría los lloran y añoran, como si hubiesen desaparecido y no es ¡así! Es solo un cambio de estado… Y que un día, junto a su espíritu presente, creamos juntas, la “cajita” mágica. ¿Que cosas podrían certificar que todo aquello fue verdadero? –que lo hubiese sido de todos modos si “Ella” no hubiese estado allí, pues tu verdad, lo que tú crees, simplemente, sucede… ES- Las señales. Las señales son las que te dan los indicios, las que te llevan por caminos, en principio, a veces, sin sentido, pero cuando atas cabos, caes en la cuenta de que todo ha sido guiado por una mano especial, “alguien”, que con su amor infinito, teje las redes para que te lances, a tu triple mortal… Así fue como un día 25 de febrero de 2005 pisé tierra española y encontré a mi “otra parte”, que se encontraba en Madrid por trabajo, circunstancialmente. Y como un día 6 de febrero de 2006 pisé tierra asturiana para quedarme. Para oír, un día 6 de enero de 2008 -de la voz de mi amado- pedirme -de una forma muy especial- matrimonio. Y para cerrar el círculo, un día 6 de febrero de 2009 nos otorgaron la fecha para casarnos el día 6 de marzo del mismo año…
Leed atentamente estos datos:
Un 6 de enero de 1924 nació mi abuela Reina
Un 6 de enero de 2008 recibí mi anillo –lleva grabada esa fecha- para casarnos.
Un 25 de febrero de ¿? Llegó Marina –mi suegra- de Rusia, luego del desarraigo que duró veinticinco años.
Un 25 de febrero de 2005 llegué de Argentina a España.
Un 6 de febrero de 2001 mi abuela Reina falleció.
Un 6 de febrero de 2006 vine a Asturias a vivir con mi amado.
Un 6 de febrero de 2009 le otorgan a mi hija –luego de muchas vueltas- la fecha para casarnos en Buenos Aires –nosotros estábamos aún en España- Y finalmente un día 6 de marzo de 2009… Nos casamos.
Otra curiosidad:
Marina –mi suegra- y Danilo –mi hermano- cumplen años, ambos, el 9 de agosto…
Sacad vosotros vuestras propias conclusiones. Hoy, yo no tengo palabras, solo emociones…
Hoy sábado 6 de febrero de 2010, hace nueve años, doña Reina Dominga, a quien le llamábamos “la Mamma” –incluso todos los niños del barrio- partió con los ojos cerrados, desconociéndonos, a ocupar una plaza vacante, de ángeles guardianes. Hoy creo que no nos desconocía, sino que ya estaba en otra dimensión, solo que su corazón de roble la mantenía con vida pues sus ojos luminosos -a pesar del deterioro- se detenían asombrados observando “la nada” y con su voz inconfundible de castañuela –aunque más aniñada- hablaba con don Ebelio y doña Hipólita, con la frescura de años, que los sueños atrapan. Ellos fueron -en vida- su esposo y su madre respectivamente… ¿Cabe alguna duda que estaban allí, tendiéndole la mano para acompañarla en el trayecto?
Como recordaréis, os he contado que “hablo” con ella, creo que de algún modo, todos lo hacemos con nuestros seres queridos, pero la mayoría los lloran y añoran, como si hubiesen desaparecido y no es ¡así! Es solo un cambio de estado… Y que un día, junto a su espíritu presente, creamos juntas, la “cajita” mágica. ¿Que cosas podrían certificar que todo aquello fue verdadero? –que lo hubiese sido de todos modos si “Ella” no hubiese estado allí, pues tu verdad, lo que tú crees, simplemente, sucede… ES- Las señales. Las señales son las que te dan los indicios, las que te llevan por caminos, en principio, a veces, sin sentido, pero cuando atas cabos, caes en la cuenta de que todo ha sido guiado por una mano especial, “alguien”, que con su amor infinito, teje las redes para que te lances, a tu triple mortal… Así fue como un día 25 de febrero de 2005 pisé tierra española y encontré a mi “otra parte”, que se encontraba en Madrid por trabajo, circunstancialmente. Y como un día 6 de febrero de 2006 pisé tierra asturiana para quedarme. Para oír, un día 6 de enero de 2008 -de la voz de mi amado- pedirme -de una forma muy especial- matrimonio. Y para cerrar el círculo, un día 6 de febrero de 2009 nos otorgaron la fecha para casarnos el día 6 de marzo del mismo año…
Leed atentamente estos datos:
Un 6 de enero de 1924 nació mi abuela Reina
Un 6 de enero de 2008 recibí mi anillo –lleva grabada esa fecha- para casarnos.
Un 25 de febrero de ¿? Llegó Marina –mi suegra- de Rusia, luego del desarraigo que duró veinticinco años.
Un 25 de febrero de 2005 llegué de Argentina a España.
Un 6 de febrero de 2001 mi abuela Reina falleció.
Un 6 de febrero de 2006 vine a Asturias a vivir con mi amado.
Un 6 de febrero de 2009 le otorgan a mi hija –luego de muchas vueltas- la fecha para casarnos en Buenos Aires –nosotros estábamos aún en España- Y finalmente un día 6 de marzo de 2009… Nos casamos.
Otra curiosidad:
Marina –mi suegra- y Danilo –mi hermano- cumplen años, ambos, el 9 de agosto…
Sacad vosotros vuestras propias conclusiones. Hoy, yo no tengo palabras, solo emociones…

Continuará
Así empezó la aventura:
1º El marcador quebrado (la primera señal)
2º La cajita mágica (cofre de malaquita)
3º ¿Qué haremos para nuestro aniversario?
4º Investigamos. Los amigos colaboran.
5º El cierre de la "cajita"
6º Jueves 4 de febrero de 2010
7º Hoy es mañana
3 comentarios:
Serendipia, amiga. Tratándose de vos, no me extraña.
Abrazo gigante
Caro
Gracias amiga, MAKTUB!
Te he leido y me emociono
Un Abrazo
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